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Investigación

Fomentando la conciencia ciudadana por el patrimonio

Francisco Javier López Martínez es profesor de la UCAM y doctor arquitecto por la Universidad Politécnica de Valencia. Es un apasionado del patrimonio histórico. Desde niño quiso ser arqueólogo o arquitecto, “ahora no sé si soy los dos o si no soy nada” nos dice.

Respecto a la tierra, se embarró las manos por primera vez en 1986, en Navapalos, un pueblo abandonado de la provincia de Soria. Su vida profesional la ha dedicado sobre todo a temas relacionados con el patrimonio arquitectónico. “Me gustaba, y la vida me ha llevado a eso”. Trabajó durante años en el Servicio de Patrimonio Histórico de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, antes de tener la suerte de involucrarse en varios proyectos científicos en diferentes partes del mundo, principalmente, mediterráneo. El Mediterráneo es para él un mar de cultura y relaciones. Los pueblos mediterráneos son diferentes pero todos tienen algo en común, un vínculo que hace que “no te sientes extraño en ningún lugar” añade el Doctor.

Del 1998 al 2000 colaboró con el IPOA (Instituto del Próximo Oriente Antiguo), ahora llamado CEPOAT (Centro de Estudios del Próximo Oriente y la Antigüedad Tardía), de la Universidad de Murcia, en una misión arqueológica en el norte de Siria en la que también participaron otros dos Doctores de la UCAM (José Antonio Martínez López y Ricardo Sánchez Garre). Tuvo la ocasión de viajar por el país así como por algunos lugares de El Líbano. Hoy le resulta imposible nombrar Siria y no sentirse afectado por la situación. Se pregunta por la suerte de algunas personas conocidas y observa con tristeza los acontecimientos que asolan la zona.

En el 2000, formó parte del equipo que redactó el Plan Director del Conjunto Arquitectónico Defensivo de la Bahía de Cartagena, junto a los profesores citados y otros participantes. Desde entonces Cartagena es, para él y el equipo del que forma parte, materia de estudio y admiración. En su grupo de investigación, Arquitectura, Construcción y territorio (ARQCONT), Cartagena y lo militar se han convertido, de una forma natural, en una vocación unida a la arquitectura y a la arqueología.

De 2004 a 2007 codirigió un proyecto europeo junto al Doctor José Antonio Martínez López, con socios de España, Grecia, Portugal, Argelia, Egipto y Siria. Las acciones se dirigían sobre todo a crear o mejorar una metodología que permitiera actuar en el patrimonio arquitectónico como un recurso para el desarrollo de los pueblos: en los sistemas defensivos en el litoral mediterráneo; se redactaron proyectos en Mers Eddebane (Argel), Pelusium (Península del Sinaí, Egipto), Qal’at Marqab (Baniyas, Siria) y el Fuerte de Navidad (Cartagena), se llevaron a cabo obras, cursos, y se publicaron algunos libros con los resultados.

En 2008 y 2015 ha colaborado en Oxirrinco, misión arqueológica de la Universidad de Barcelona con el Consejo Superior de Antigüedades de Egipto. Allí experimentó el trabajo diario con los albañiles de El Bahnasa (Minia), junto al equipo dirigido por los doctores Josep Padró y Hasan Amer, para redescubrir y conservar los restos de la ciudad que surge bajo la arena del desierto. Francisco Javier nos cuenta que estos trabajos son un privilegio, que recibe mucho más de lo que puede dar, que en los viajes va adquiriendo un poco de cada lugar.

“Viajar cambia tu visión del mundo, los lazos se hacen tangibles, los países dejan de ser puntos de un mapa y adquieren un significado profundo y cercano. Sientes la Tierra como tu casa y a los hombres como tus hermanos. Todo el Patrimonio lo es de la Humanidad. Te sientes analfabeto por tus limitaciones con los idiomas, echas mano del lápiz para dibujar, y pretendes expresar con un abrazo lo que no sabes decir con palabras”.

El patrimonio también le ha hecho descubrir la Región de Murcia, donde ha intervenido en diferentes puntos como Alhama, Murcia, Pliego, Puebla de Mula, Siyasa, Ulea... y, desde hace algún tiempo, ha tenido la suerte de realizar algunos trabajos en la Alhambra que siente ya como un lugar sin el cual sería más difícil la vida.

“Manejar lo que la sociedad considera su patrimonio es una gran responsabilidad. En muchas ocasiones te excede, siempre es necesario trabajar en equipo, con mucho respeto y amando lo que haces” concluye el Doctor de la UCAM.