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Investigación

Una investigación consigue alargar la vida útil de frutas y verduras

El resultado de la Tesis Industrial UCAM-Keepcool elaborada por Ramiro Alonso logra frenar los procesos de maduración de las frutas y hortalizas, incrementando notablemente el tiempo de comercialización de estos productos

El investigador Ramiro Alonso durante su ensayo sobre la vida útil del tomate en diferentes condiciones
El investigador Ramiro Alonso durante su ensayo sobre la vida útil del tomate en diferentes condiciones

Actualmente se tiran en España más de 8 millones de toneladas de frutas y verduras al año por no alcanzar los estándares mínimos de calidad debido al tiempo o las condiciones de transporte; cerca de un 45% de la producción nacional. La investigación realizada por Ramiro Alonso, doctorando de la UCAM, durante el desarrollo de su doctorado industrial en la empresa KEEPCOOL, propone una solución para aumentar la vida útil de frutas y hortalizas mediante la instalación de filtros de aire en sistemas de transporte y cámaras de refrigeración. Este trabajo se ha desarrollado en el entorno de la Cátedra UCAM-Santander de Emprendimiento en el Ámbito Agroalimentario.

Estos filtros purificadores, acompañados con luces ultravioleta, consiguen eliminar el etileno, la hormona responsable de la maduración de los frutos, alargando así la vida útil del producto, disponiendo de más tiempo para el transporte y venta de frutas y verduras en condiciones óptimas para su consumo. Esta tecnología permite a los agricultores abrir nuevas vías de exportación.

Durante 3 años, el doctorando ha estudiado la eficacia de estos filtros en la conservación de diversos alimentos como melocotón, pera, tomate o brócoli. En el caso de brócoli y tomate, se estudió la efectividad del filtro almacenando juntos ambos productos, a priori incompatibles. Transcurridos 21 días, las pellas de brócoli almacenadas en ausencia de filtro captador de etileno fueron desechadas casi al 100%, mientras que las que se almacenaron en presencia de los filtros mantuvieron su calidad casi intacta, incrementando así el tiempo de que disponen productores y distribuidores para hacer llegar el producto al consumidor en un estado óptimo para su consumo.

Pellas de brócoli tras 21 días de almacenamiento. 2, pella de brócoli almacenada sin filtro. 3, pella de brócoli almacenada con filtro.

Imagen 1. Pellas de brócoli tras 21 días de almacenamiento. 2, pella de brócoli almacenada sin filtro. 3, pella de brócoli almacenada con filtro.

En cuanto a las características organolépticas (sabor, olor y textura) de los productos estudiados, tanto las frutas como las verduras almacenadas en presencia de este tipo de filtro mantuvieron sus características óptimas para el consumo durante mucho más tiempo, tal y como refrendó un panel de expertos en diferentes catas ciegas.

Esta nueva tecnología no solo alarga la vida útil de los alimentos y permite que las empresas puedan llegar a nuevos mercados más lejanos sin disminuir la calidad del producto, sino que también puede abaratar costes ya que la temperatura de refrigeración del producto deja de ser un factor limitante para su conservación, lo que contribuye a reducir hasta un 15% en la factura eléctrica de las empresas.

Melocotones almacenados durante 7 días a temperatura ambiente. Derecha: Melocotones almacenados con filtros durante 14 días a temperatura ambiente.

Imagen 2. Izquierda: Melocotones almacenados durante 7 días a temperatura ambiente. Derecha: Melocotones almacenados con filtros durante 14 días a temperatura ambiente.

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