La Tesis Doctoral de Marta Rodríguez Alburquerque, “Efecto de las condiciones ambientales sobre la conducta agronómica, calidad y capacidad antioxidante de tomate cultivado bajo diferentes materiales de cubierta”, dirigida por la Dra. Juana María Morillas Ruíz del grupo de investigación Nutrición, estrés oxidativo y biodisponibilidad de la UCAM y la Dra. Mª Josefa López Marín del Dpto de Hortofruticultura del IMIDA, ha investigado diferentes tratamientos (materiales de cobertura) para analizar su influencia sobre aspectos agronómicos y las características nutricionales, organolépticas y antioxidantes, de tomates cultivados bajo invernaderos.
La región de Murcia es la segunda región española productora de tomate, después de Andalucía. España es el cuarto país más importante en este ámbito al nivel mundial, por lo que resulta muy interesante esta investigación para desarrollar nuevos materiales de cobertura diseñados a partir de los resultados. Para responder a la demanda y necesidades del consumidor, que hoy busca no sólo un tomate con buen aspecto sino también con un valor nutricional alto, las investigadoras de la UCAM examinaron cinco materiales de cubierta diferentes.
El material más usado en la región de Murcia es el plástico, y sobre todo el polietileno. A partir de los diferentes materiales estudiados, Marta Rodríguez demostró que el uso de polietileno de larga duración (uno de los cinco tratamientos evaluados) permite una mayor producción de la hortaliza del tomate, hasta 2kg más por planta. Esto supone rebajas de coste para el productor, ya que el material usado se mantiene más tiempo sin degradarse y también aumenta la producción. “Incluso, tal material tiene repercusión al nivel de su calidad organoléptica y al nivel de su capacidad oxidante, siempre con el fin de crear un producto llamativo según la demanda del consumidor” añade la doctoranda.
Sin embargo, para una producción optimizada, el estudio recomienda el uso de un material de filme térmico (otro de los cinco tratamientos evaluados) que permite un mayor desarrollo de todos esos atributos nutritivos del tomate. “Es importante tener en cuenta que las temperaturas se consiguen gracias al hecho de que estos tratamientos con el material de plástico permiten la transmisión de un alto porcentaje de radiación infrarroja. Ésta permite que en esos meses más fríos del año en el que está el cultivo desarrollándose, se mantenga esa temperatura elevada en el interior del invernadero y eso favorece el desarrollo de las propiedades nutricionales” explica la Dra. Juana María Morillas Ruíz.
Con estos resultados, hay que diseñar y desarrollar esos materiales novedosos para proponerlo a los productores. El segundo paso del estudio sería ponerse en contacto con empresas que manejan la producción de plástico con el fin de evaluar cuál sería la inversión necesaria para un productor de tomate.