La UCAM regresa de su primera expedición en el Polo Sur
El investigador Fernando Berenguer, expedicionario UCAM del proyecto PARANTAR, ha conseguido realizar con éxito las primeras mediciones con dron para determinar el nivel de desglaciación de la Antártida
Fernando Berenguer Sempere, investigador del Grado de Ingeniería Civil en la Universidad Católica de Murcia, ha regresado de la primera expedición del proyecto PARANTAR al Polo Sur consiguiendo realizar la técnica de fotogrametría en dron, pese a las difíciles circunstancias y la imprevisibilidad de la Antártida. Estos datos serán comparados con próximas expediciones, realizadas durante los próximos tres años, para observar las diferencias a nivel geomorfológicas que se han desarrollado durante este tiempo.
Durante las primeras semanas de su estancia, el grupo de investigación se instaló en un pequeño campamento ubicado en la Península de Byers. Este centro de investigación situado a la intemperie estaba formado por dos iglús, donde se ubicaba el laboratorio, y tiendas de campaña individuales. De esta primera etapa el investigador destaca que “fue la parte más dura de la campaña. Las condiciones climatológicas son tremendas porque aparte del viento y el frío, llueve o nieva. Además, salir de ahí fue una aventura por el difícil acceso y la imprevisibilidad del Polo Sur. Si hay tormenta no puedes entrar o salir a este campamento, ya que solo puedes llegar en zódiac.”
Pese a tener partes meteorológicos diarios en ocasiones las condiciones eran más duras de lo esperado, generando momentos de tensión. A modo anecdótico, en científico de la Católica, recuerda que “en una ocasión se nos pinchó una de las dos zódiacs con las que navegábamos y la vuelta prevista eran las tres de la tardes. Tuvimos que refugiarnos como pudimos entre las piedras y, gracias a que un buque búlgaro estaba por la zona, pudieron rescatarnos a las doce de la noche”
Una vez pudieron salir del campamento, fueron a la base española ‘Juan Carlos I’ donde las circunstancias son menos desfavorables. Durante la estancia allí realizaron el resto de las mediciones. El investigador explica que “allí trabajas a contrarreloj y casi en cualquier condición, cada momento en el que las condiciones meteorológicas era algo más leves tienes que salir e investigar al máximo”.
La vuelta a España ha sido de gran complejidad y casi espontánea. Las condiciones climatológicas tenían previsto empeorar los días que se pretendía volver a España. Gracias a la colaboración entre investigadores en la Antártida pudo salir el grupo de investigación, embarcando en el barco de la base científica búlgara.
Durante cuatro de los cinco días de travesía, el barco tuvo que pasar durante una tormenta el Paso Drake, el canal más peligroso del mundo. El investigador habla de esa experiencia como “un momento horroroso, varios compañeros no podían moverse de sus camarotes. Llegamos incluso a estar con 60 grados de inclinación, siendo el punto de no retorno 67 grados. Fue toda una odisea”.
A pesar de las grandes rachas de viento y las adversidades el investigador de la UCAM consiguió realizar todo lo necesario para la primera parte del estudio. En el próximo año volverá a la base española ‘Juan Carlos I’ para continuar midiendo la evolución geomorfológica con sus drones para determinar el nivel de desglaciación de la Antártida.